Lugar: Alagón - Torres de Berrellén (Ribera Alta del Ebro)
Fecha: 5/09/2010
La totalidad de las 60 plazas ofertadas para el descenso en piragua por el río Ebro entre las localidades de Alagón y Torres de Berrellén se completaron el pasado día 5 de septiembre, siendo destacable la gran diversidad de los participantes tanto en su procedencia como en su edad (desde niños de 8 años hasta jubilados de más de 65) y experiencia previa. Todos ellos disfrutaron de una climatología ideal, que permitió el baño en las aguas del Ebro a la altura de la Peña Palomera, un espectacular escarpe de yesos en la margen izquierda.
Fue precisamente el contraste entre el paisaje exuberante de la jungla fluvial y la hermosura árida de los montes del Castellar lo que más impactó a los navegantes noveles, incluso a los procedentes de las localidades cercanas a Alagón y Torres: el descender por dentro del Ebro conlleva un punto de vista privilegiado, que permite redescubrir paisajes que creían ya conocidos. También permite explorar parajes poco accesibles como el barranco hipersalino de La Virgen, por el que se realizó una breve pero muy interesante incursión en la estepa: costras de sal gema, vegetación halófila como la sosa y esteparia como el esparto y el tomillo, nódulos de alabastro y sílex, e incluso colonias de “hormigas león” fueron algunos de los atractivos del paseo a pie.
El embarque se vio ayudado por el reciente acondicionamiento de los embarcaderos del Ebro aragonés, realizada a instancias de la Diputación Provincial de Zaragoza. La tranquilidad del fluir del río contribuyó al aprendizaje del manejo de la piragua, de forma que tras el breve cursillo inicial y unas primeras paladas dubitativas, las personas que no tenían ninguna experiencia previa fueron capaces de dirigir sus embarcaciones hasta los recovecos más interesantes del recorrido, como son los manantiales de La Bomba o los numerosos galachos, llenos de fauna, que pueden explorarse tras las frondosas islas mejanas.
La guinda de este agradable paseo náutico fue el paso de la Barca de Torres: todas las piraguas desembarcaron en una playa de gravas en la margen izquierda, para desde esa margen utilizar el tradicional pontón de sirga y cruzar en un solo viaje hasta la margen derecha, donde un pequeño piscolabis puso fin a una actividad que muchos participantes se propusieron repetir.
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